lunes, 21 de febrero de 2011

Se me volvió a romper el invento...

Eduardo Salazar Gallegos

Hola.
Hoy, 21 de Febrero, retomo con este post el blog que quedó inactivo después de algún tiempo. Sigo con ganas de escribir sobre el mismo tema, así que vendrán más historias de surf. Espero que el tiempo transcurrido sirva para mejorar un poco lo que entonces publiqué.
Y comenzamos con la primera historia. El viernes pasado entrevisté a Gonzalo Gandarias, primer campeón de España de surf y vasco para más señas. Lo hice como parte de un reportaje que estoy preparando para una asignatura de la universidad (Periodismo Especializado 1). La entrevista se extendió y conversamos sobre muchas cosas (Gonzalo, además de pionero del surf en estas tierras, es un reputado constructor de embarcaciones y preparó las naves en las que José Luis Ugarte -primero- y Unai Basurko -después- dieron la vuelta al mundo).
Gonzalo Gandarias en Meñakoz, 1990
Resulta que, con ocasión de un campeonato de surf celebrado en Hossegor allá por los años setenta, Gonzalo y otros competidores vascos y cántabros fueron a Francia y una vez en pleno campeonato se percataron, asombrados, de que las tablas de los franceses no se iban a la orilla cuando estos se caían de las olas. Al acercarse pudieron observar que llevaban sus tablas unidas al tobillo por medio de una cuerda elástica rematada en material blando para no herir la piel.
-¡Chaval, vaya invento! exclamaron, casi al unísono, Gandarias y sus amigos.
Y así, al unísono también, el "invento", como se le llama hasta hoy por estas tierras, recibía acta de bautismo en tierras francesas.

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